La Agroecología constituye un cambio de paradigma en términos productivos, socio-ambientales, filosóficos y espirituales, basado en el potencial de una armoniosa relación con el ambiente del que somos parte. Esta aplica conceptos y principios ecológicos en el diseño y gestión de sistemas agrícolas, buscando minimizar la introducción de recursos externos a la unidad productiva tales como fertilizantes, semillas, agroquímicos y combustible entre otros, priorizando los procesos y las relaciones ecológicas que ocurren en el suelo y entre la biodiversidad.
Esta forma de entender la agricultura se ha vuelto tendencia porque se basa en la aplicación de principios que combinan valores ecológicos y sociales, cuya aplicación se adapta a distintos contextos socio-ecológicos y también a distintas escalas, desde la muy pequeña para el autoconsumo hasta la gran escala, incluyendo el nivel de paisaje.
En las producciones agroecológicas es importante entender los flujos de nutrientes y económicos de los sistemas agrícolas para lograr un balance entre ingresos y nutrientes. Las unidades productivas deben observarse como ecosistemas complejos y autosustentables.
Los 7 principios básicos de la agroecología
Soberanía alimentaria
Productores y consumidores, no corporaciones, deben tener el control de la cadena alimenticia y determinar cómo se produce la comida.
Valorización de la vida rural
La agroecología contribuye al desarrollo del campo y a la lucha contra la pobreza porque garantiza un medio de vida seguro, sano y económicamente viable.
Producción inteligente
La agroecología produce con saberes locales y se apoya en los ciclos de la naturaleza, no en las corporaciones. Así los agricultores pueden lograr mayor autonomía, estabilidad y ampliar su margen de ganancia.
Biodiversidad
La agroecología se basa en la diversidad desde la semilla hasta el paisaje. Así favorece el equilibrio de la naturaleza y la variedad en la dieta de la población.
Protección ecológica contra las plagas
La agroecología busca el equilibrio de los ecosistemas, así posibilita a los agricultores el control de las plagas y malas hierbas sin el uso de agrotóxicos.
Suelos sanos
La agricultura ecológica aumenta la fertilidad del suelo al no utilizar agrotóxicos y al mismo tiempo los protege de la erosión, la contaminación y la acidificación.
Sistemas alimentarios resilientes
La agricultura ecológica construye ecosistemas productivos con capacidad para adaptarse a las crisis climáticas y económicas.
Fuente: www.ecomundo.com.ar
www.greenpeace.org
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