Las teorías iniciales de que el virus se desarrolló en un laboratorio son desestimadas actualmente por científicos que sostienen que el virus SARS-CoV-2 es producto de una zoonosis.
Si bien en un momento aparecieron varias contracdicciones con respecto al reciente virus COVID-19, y algunos científicos teorizaban sobre el posible origen como parte de un desarrollo de laboratorio, actualmente la misma ciencia nos da luz en este sentido pues ahora nos explican que se trata de una zoonosis: es decir una enfermedad transmitida de animales a humanos (en éste caso se sospecha que un murciélago contagio a un mamífero y este a un humano).
Joachim Spangenberg, ecólogo y vicepresidente del centro Sustainable Europe Research Institute, junto con varios colegas advierten que los humanos son decisivos en las pandemias ya que la destrucción de hábitats naturales, la disminución de la biodiversidad y la alteración de los ecosistemas hacen que tales virus se propaguen.
Según informes recientes, desde la década de los 80 del siglo XX, los brotes infecciosos se han cuadruplicado. Un tercio procede de animales, como en el caso del Ébola, el VIH, la peste porcina y la gripe aviar.
“Con el aumento de la densidad poblacional humana y el impacto cada vez mayor en los hábitats naturales, no solo por los seres humanos sino también por nuestros animales de granja, aumentamos el riesgo de infección”, dice David Hayman, de la Universidad de Massey en Nueva Zelanda, quien investiga sobre las enfermedades de transmisión y sus vías de contagio.
El científico afirma que el siglo pasado se destruyó aproximadamente la mitad de las selvas tropicales, en las que viven alrededor de dos tercios de todos los seres vivos del mundo. Esta grave pérdida de hábitat afecta a todo el ecosistema, incluyendo a las “infecciones”.
Lic. Analía Carreño
Fuente: https://www.dw.com